Seguridad alimentaria desde los cultivos

noviembre 15, 2017 admin Sin comentarios

¿Qué es la seguridad alimentaria? ¿Desde cuándo es importante para los alimentos? Estas, entre otras preguntas, son las que deberíamos hacernos cada vez que vamos a comprar alimentos y gracias a nuevas técnicas y nuevos medios tenemos más respuestas y seguridad en todos los productos, como vamos a explicar a continuación, desde los propios cultivos.

Dejamos un artículo de una de nuestras páginas favoritas (consumer.es) que siempre siempre siempre recomendamos, esta vez sobre la seguridad alimentaria. Esperamos que os resulte interesante!

Uno de los principales desafíos para los próximos años en el mundo es llegar a producir tantos alimentos como las personas necesitan. Y la agricultura está entre los encargados de que esto pueda llevarse a cabo, pero para ello el sistema agrícola debe hacer frente a distintos procesos propios de un planeta en movimiento. Uno de ellos es la migración, tal como lo ha reconocido la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) con motivo de la celebración, el pasado 16 de octubre, del Día Mundial de la Alimentación. El artículo explica cuáles son los retos en materia de alimentación y cómo debe afrontarlos la producción agrícola.

Uno de los principales objetivos de las Naciones Unidas es conseguir nutrir a los 2.000 millones de personas que se prevén que vivirán en el año 2050. Para ello, este organismo internacional destaca lo importante que es el sistema agrícola gestionado de manera eficaz. Agricultura, silvicultura y acuicultura son, según los expertos, grandes aliadas para «suministrar comida nutritiva a todo el planeta». Pero la tarea no es sencilla porque, además de hacer frente a la gran cantidad de población, se añaden otros problemas como la degradación de suelos o de la biodiversidad a causa de la sobreexplotación y el cambio climático.

Las cifras son preocupantes, según indica la FAO, ya que durante este año 2017 el hambre ha aumentado por primera vez en más de una década y afecta ya a «815 millones de personas, el 11% de la población mundial». Según los expertos, este incremento está asociado también a la proliferación de conflictos violentos y a cambios en el clima que obligan a muchas personas a emigrar de sus casas. Bajo el lema «Cambiar el futuro de la migración. Invertir en seguridad alimentaria y desarrollo rural«, el Día Mundial de la Alimentación de este año quiso identificar las nuevas necesidades para adaptar los procesos de producción a los constantes cambios y a las nuevas necesidades.

Buenas prácticas agrarias

Las buenas prácticas agrarias son normas sobre métodos de producción destinadas a ofrecer alimentos sanos y seguros

Desde hace años se está advirtiendo de los cambios que se producen en los mercados alimentarios e internacionales, así como en la proliferación de normas y recomendaciones que generan crecientes dificultades pero que, al mismo tiempo, son una oportunidad para mejorar el sector agroalimentario. Acabar con el hambre en todo el mundo obliga a disponer de sistemas de producción alimentarios sostenibles y prácticas agrícolas resilientes, es decir, que tengan capacidad para adaptarse a distintas situaciones.

Para conseguirlo, además de mantener la diversidad genética de plantas y animales que, según la FAO, son cruciales para la agricultura y la producción de alimentos, también es importante contar con buenas prácticas agrícolas, es decir, las que se refieren a normas sobre métodos de producción agrícola que deben aplicarse en las granjas.

Las buenas prácticas agrícolas (BPA) son una serie de técnicas orientadas a mantener una correcta calidad ambiental a la vez que se obtienen productos satisfactorios, es decir, sanos y seguros. Estas prácticas adoptan la forma de código, es decir, un conjunto de normas que persiguen la conservación y la mejora del medio ambiente. Sus objetivos son varios: conservar el suelo, el agua, la biodiversidad; preservar el paisaje; luchar contra la contaminación de nitratos; conservar la fauna autóctona; y evitar la dispersión de pesticidas en el medio ambiente. La FAO añade otros:

  • Garantizar la inocuidad y la calidad de los alimentos en la cadena alimentaria.
  • Captar nuevas ventajas comerciales con el mejoramiento de la gestión de la cadena de suministro.
  • Mejorar el uso de los recursos naturales, de la salud y de las condiciones de trabajo.
  • Crear nuevas oportunidades de mercado para productores y exportadores de los países en desarrollo.

Para la FAO, los cuatro elementos principales de las BPA son la viabilidad económica, la sostenibilidad ambiental, la aceptabilidad social y la inocuidad y calidad alimentaria. Para que la aplicación de estas normas sea eficaz, es necesario que antes se realice un estudio sobre las condiciones locales y la tecnología de la que se dispone en una determinada área. Cuando esto se hace de manera efectiva, las BPA permiten evitar la contaminación del producto, proteger el medio ambiente y la salud de los trabajadores.

La importancia de la producción agrícola

Los vegetales ocupan un lugar fundamental no solo en la alimentación, sino también en el medio ambiente y la agricultura. Desde hace años uno de los interrogantes que planea sobre la comunidad científica es saber cómo la producción agrícola podrá llegar a abastecer una demanda cada vez más creciente de alimentos. Y desde hace años también se trabaja para determinar cuál debe ser el papel de la agricultura en el contexto de los distintos panoramas globales de cambio.

El objetivo es establecer la dirección que debe seguir la investigación agrícola para abastecer a una población cada vez más cambiante y creciente. Se calcula que para el año 2050 deberá producirse el doble de alimentos en los países en desarrollo y también deberá hacerse frente a los efectos del cambio climático, con menos agua, temperaturas más altas y desastres y plagas más frecuentes.

En 2011 la FAO ya advertía que la producción agrícola debía cambiar para evitar con las prácticas de destrucción del suelo, el agua, la ecología y los ecosistemas. Para la FAO, un ejemplo de cómo la oferta alimentaria debe ir de la mano de la demanda es la acuicultura. En 2006, un informe de la organización ya afirmaba que casi la mitad del pescado que se consumía entonces procedía de la acuicultura, la única forma según los expertos de atender a una demanda de pescado cada vez más creciente.

FUENTE: http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/sociedad-y-consumo/2017/11/10/225630.php?wt_mc=emailing_20171115_unico

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